INOLVIDABLE SER PARTE DEL CAMPEONATO: CHÁVEZ

Por: Yesenia Torrecillas / Fabricio Urías

Culiacán, Sinaloa a 16 de agosto del 2018.- Tanto en la vida como en el deporte la oportunidad de una revancha siempre está latente y en este caso José Guadalupe Chávez le llegó más rápido de lo que pensaba, pues al tener una temporada muy atropellada por las lesiones se pudo sobreponer y fue factor para que Tomateros Culiacán se alzara con el campeonato hace aproximadamente 7 meses, asegurando que es la experiencia más bonita e indescriptible que ha vivido en su carrera.

Fue justamente aquel 28 de enero cuando después de 12 trepidantes entradas los Tomateros lograron alzar la corona, luego de haber sufrido par de baldazos de agua fría con los descomunales estacazos del rival, Chávez tuvo la oportunidad de ser parte del título al anotar la carrera del empate en el noveno rollo que devolvió el oxígeno a la nave guinda, juego que más tarde sus compañeros terminaron finiquitando a su favor.

Tras negociar pasaporte en aquella estresante novena entrada, Chávez sabía que era la única oportunidad de emparejar las cosas y como ya todos conocen la historia, elevado de sacrificio de Sebastián Elizalde lo impulsó a la registradora con esa carrera que mandaba el encuentro hasta el capítulo número 12 con el resultado ya conocido.

Ante ello el Guaymense hace una pausa, toma aire y remonta su memoria hasta esa noche, asegurando que fue una gran adrenalina la que sintió, donde lo único que importaba era llegar a la registradora a como diera lugar, no había margen de error.

“Es una sensación muy bonita, esos momentos nunca los voy a olvidar, fue un honor para mí anotar esa carrera y que bien por toda la gente, la directiva, el equipo y toda la organización porque ese título se lo merecen”, expresó el infielder.

Resaltó que vivir ese momento fue algo muy especial, porque más que nunca debía demostrar que estaba hecho para cosas grandes, que, si bien es cierto, no podía cumplir con labores a la defensiva, sus piernas estaban listas para cualquier emergencia y así sucedió. No había mañana, el momento era no fallar, un pasaporte y Tomateros de Culiacán emparejó las cosas.

“Tenía que tranquilizar la situación porque la cosa estaba muy tensa, uno como jugador buscamos tranquilizar más el juego. Admito que tenía mariposas en el estómago, pero muy contento por ese trabajo que hice”, comentó.

Sabedor de que tiene una “espinita” clavada, las lesiones han quedado en el pasado y aunque su mentalidad aún se encuentra en Toros de Tijuana, equipo al que pertenece en LMB, asegura que la temporada del béisbol invernal se encuentra a la vuelta de la esquina y espera regresar a Tomateros de Culiacán para defender el campeonato y demostrar que las lesiones han quedado en el pasado.