PALCO PREMIER: JORGE LUIS TELLES

PALCO PREMIER

*Dificil, cierto; pero ¿imposible? ¡Para nada!

*Tomateros ya lo ha hecho en otras ocasiones

*“Usaré al Dany, si es necesario”: Che Reyes

Jorge Luis Telles Salazar

Una mañana de enero de 1985, los Tomateros de Culiacán, con Paquín Estrada al frente, volaron a la ciudad de Mexicali, con el propósito de lograr lo que parecía imposible: ganar allá los dos últimos partidos de la serie final, para conquistar el campeonato de aquella temporada de la Liga Mexicana del Pacifico.

Águilas de Mexicali, bajo la dirección de Cananea Reyes, había sacado dos encuentros del viejo estadio “Angel Flores” y había tomado ventaja de 3-2 en la confrontación titular. Y con dos por jugar, en tierra cachanilla, el título parecía definido.

Esa corona para los Águilas, sin embargo, nunca llegó. Al menos no en ese invierno del 85.

Tomateros de Culiacán sacó la casta y con el bateo de Nelson Barrera y el pitcheo de Luis Trinidad Castillo le arrebataron a los aguiluchos esos dos triunfos y también el gallardete del circuito invernal. Finalmente, Culiacán representó a la Liga Mexicana del Pacífico en la Serie del Caribe Mazatlán-85, donde logró el subcampeonato, por cierto.

Un poco más atrás, en el 83, en la primera serie de “play offs”, Tomateros fue por dos a Mazatlán y lo consiguió, de manera sensacional. La era de la mexicanización.

Y cosa parecida ocurrió todavía más atrás, en 1978, cuando Culiacán le ganó a los Yaquis de Obregón los últimos tres duelos de su semifinal para avanzar a la serie titular contra los Cañeros de los Mochis.

Coincidentemente, en esas tres temporadas el equipo guinda superó la última aduana para conquistar el título del circuito invernal.

De estos hay más casos, tantos que sería largo enumerar.

Y  bueno, no solo lo han hecho, los Tomateros de Culiacán. También, hay que decirlo, se lo han hecho al equipo de casa. Para ser más concretos, Venados de Mazatlán en 1998 y también en 2005. Ambas ocasiones, en serie de semifinales.

A lo que el columnista va es a esto: innegable que se trata de una misión difícil, complicada; pero ¿imposible? De ninguna manera.

Ahí está la estadística que no deja mentir.

Y bien.

Hoy día, las cosas ponen a Tomateros de Culiacán en una circunstancia similar a la que ha protagonizado en ocasiones anteriores.

Va a la ciudad de Los Mochis, en desventaja de 2-3 en la serie semifinal.

Para los guindas ya no hay mañana: es ganar o ganar. De no ser así, esto implicará quedarse en el camino; renunciar a su proyecto de ser campeones de esta temporada y acabar, de paso, con la ilusión de los aficionados de casa, quienes anhelan, fervientemente, ver a su equipo en la Serie del Caribe Culiacán 2017.

Volvemos a lo mismo: difícil, de acuerdo; pero no imposible.

En estos últimos tres juegos en el estadio de la Nación Guinda, Tomateros de Culiacán demostró su nivel competitivo; su hambre de hacer bien las cosas y su amor por la franela. Tomateros ganó con ventaja cómoda los dos primeros y cayó en el tercero (quinto de la serie) por mínima diferencia.

Cañeros es un team de primer nivel, con una combinación perfecta entre su pitcheo, ofensiva y defensiva y un manager inteligente, astuto y sereno, como Luis Sojo. Tiene que admitirse que son escasas las debilidades del plantel esmeralda.

Por algo fue, precisemos, el segundo mejor del rol regular y por algo está en semifinales.

Culiacán, a su vez, no es el trabuco de otras temporadas, ni tampoco aquella máquina de conectar cuadrangulares de años atrás; pero si es una novena, donde impera la experiencia de su planta de veteranos y la capacidad de jugadores noveles, apenas en proceso de consolidación. Han dado una férrea pelea contra los Cañeros y seguramente se mantendrán en esta actitud.

Así saltarán al campo de juego del jurásico parque “Emilio Ibarra Almada”: con actitud. Con la certeza de que todavía les queda vida y mientras esta condición se mantenga, la esperanza también.

Veremos.

Ahora que.

Zack Dodson, pitcher zurdo, refuerzo de Tomateros, procedente de Mayos de Navojoa, será quien suba al centro del diamante en el sexto de esta serie semifinal. Por el lado de los Cañeros, Luis Niebla. Duelo que se repite.

Sin embargo, el manager de Culiacán, Che Reyes, adelantó que, de ser necesario, recurrirá a Héctor Daniel Rodríguez, quien llegaría al compromiso con solo tres días completos de descanso. Habitualmente son cuatro días de reposo los que guardan los pitchers abridores entre una y otra salida; pero, insistimos, siempre y cuando lo requieran las circunstancias del partido.

Rodríguez está anunciado para un séptimo partido; pero, para que Culiacán tenga un séptimo juego, tiene que ganar el sexto. No hay de otra.

Con este anuncio, el propio manager, Che Reyes, le da la razón a quienes lo criticaron por no utilizar a Héctor Daniel Rodríguez en el segundo choque, cuando tenía el descanso necesario. De haber sido así, el culichi estaría más que listo para este sexto encuentro, de corte crucial para los Tomateros.

Dodson, usted debe recordarlo, lanzó el segundo, el de la paliza en contra. No fue a él, cierto, a quien llovieron palos; pero su actuación apenas y si alcanza la calificación de discreta en poco más de cuatro entradas.

De cualquier modo, se trata de un pitcher de calidad, que hizo buen papel con los Mayos y que podría salir inspirado para el choque de este miércoles, en el “Emilio Ibarra Almada”.

Ojalá.

Mientras.

También en la gélida ciudad de Mexicali habrá juego este miércoles por la noche. El sexto de la semifinal entre Águilas y Naranjeros.

Ignoramos el estatus de dicha serie porque escribimos en horas de la tarde; pero, como sea, los Águilas de Mexicali aparecen como favoritos para avanzar a la gran final y para pelear por el campeonato de manera decidida.

Mexicali fue el máximo ganador. El mejor del torneo, ambas vueltas sumadas.

Naranjeros de Hermosillo sacó la casta en su parque y regresó a la serie, tras perder los dos primeros. Veremos si le alcanza.

Así es como nos vamos ya, con nuestros deseos de siempre:

Que Dios los bendiga.