LA RUTA POR EL 12: UN BATAZO INOLVIDABLE

Hay días que simplemente, un batazo, significa todo.
“Recuerdo exactamente caminando hacia la caja de bateo. Yo miraba esa carrera en segunda y no se me ocurría nada más que hacer el trabajo, y pues tratar de conectar ese imparable para irnos arriba. Enfocado y con toda la fe en Dios, de que iban a salir las cosas”, expresó José Guadalupe Chávez, en referencia al reto que implicaba, traer de segunda a Dariel Álvarez para poner 3-2 arriba a Tomateros, en el séptimo de la semifinal contra Cañeros.
“Sabía que enfrentaría un pitcher con tremendas cualidades, un pitcher de gran experiencia, un pitcher de Grandes Ligas. Pero también sabía que, no era la primera vez que me iba a enfrentar a Héctor Velázquez, yo más o menos ya conozco sus pitcheos”, agregó nuestro shortstop, sobre los minutos previos a la hazaña.
El juego comenzó con dificultades. Los Cañeros anotaron dos carreras, producto de cuatro imparables en la primera alta, todo contra el zurdo Manny Bañuelos. El duranguense logró sacar el tercer out de ese episodio y seguir adelante, hasta que Sebastián Elizalde, nos puso de vuelta en la pizarra.
“Creo que ese HR fue súper importante, fue pieza clave para nosotros. Después de ir perdiendo 2-0, logramos empatar el juego, con ese HR. Creo yo que necesitábamos esa motivación y después de que, empatamos el juego, yo creo que el equipo revivió un poco más”, recuerda Chávez.
Bañuelos y el relevo guinda, supo mantener al equipo en la pelea, hasta que llegó el momento de la verdad contra Velázquez: “sabíamos que teníamos un gran rival enfrente, un equipo muy completo, con buen pitcheo y sobre todo, un buen bateo. Todo el crédito para nuestro pitcheo, Manny Bañuelos hizo un gran trabajo en detenerlos”, afirma José Guadalupe sobre el trabajo del equipo.
El turno, en palabras de Chávez, es inolvidable: “recuerdo que el primer pitcheo me tiró un cambio, no perdón… Un split (finger) bajito. Después de eso vino el cambio, el cambio me lo tiró de strike. El tercer pitcheo fue un cambio también, pero fue de bola, entonces, yo ya estaba arriba, a mi favor y no me había tirado la recta. Entonces, yo simplemente estaba esperando la recta, en una zona cómoda para yo poder hacer un contacto sólido”.
“Recuerdo al conectar ese batazo y ver que salió de hit, llegar yo a segunda base, me acuerdo exactamente, no creo que se me va a olvidar nunca, ver todo el Estadio, gritando, celebrando… Mirar a mis compañeros en el dogout celebrando también y saber que con esa carrera, podíamos pasar a la final y gracias a Dios, así fue”, dijo.
La alegría de cumplir la misión, bien merece que todos lo celebremos y lo recordemos para siempre. Al final, como bien dice el héroe: “la verdad son momentos que nunca voy a olvidar, definitivamente, uno de los hits más importantes de mi carrera. Y me dio mucho gusto por la afición, la afición, la Nación Guinda se lo merecía”.