LA MAGIA DE UN SÉPTIMO JUEGO

DESDE EL DUGOUT

LA MAGIA DE UN SÉPTIMO JUEGO

Por Jesús Canale

Vaya manera de cerrar el telón de la Temporada 206 de Grandes Ligas, con unos Cachorros de Chicago terminando con la “Maldición de la Cabra” ante unos aguerridos Indios de Cleveland que nunca bajaron los brazos y juntos brindaron una épica Serie Mundial, la cual sin duda, será recordada por muchos años, sobre todo por la sequía que tenían los Cachorros de 108 años.

La magia que genera un séptimo juego es única, desde que tengo uso de razón me han tocado un sinfín de emociones generados por ese juego clave, definitorio.

Como fiel aficionado de los Yanquis de Nueva York, hay dos que recuerdo a la perfección: Serie Mundial 2001 contra Diamantes de Arizona y en 2003 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana ante los acérrimos rivales, Medias Rojas de Boston.

Aquella Serie Mundial 2001, los Yanquis llegaban motivados y respaldados por una ciudad que estaba dolida por los ataques terroristas, el cual culminó con el derribo de las Torres Gemelas.

La ciudad estaba todavía tocada por esos sucesos y Nueva York se resguardaba en su equipo histórico, Derek Jeter y compañía lo sabían y fue precisamente en noviembre cuando se empezó a jugar ese Clásico de Otoño.

Los Yaquis cayeron 0-2 en Arizona y llegaron al Yankee Stadium heridos, pero Jeter se echó al equipo al hombro y con batazos suyos pudieron venir de atrás y viajar de regreso a Phoenix con la ventaja 3-2; una victoria los separaba de un anillo más.

Pero el drama se empezó con triunfo de los Diamantes en el juego 6 por la vía de la paliza y el séptimo y decisivo se definió en la novena entrada con Luis González como héroe conectando de hit al central ante el mejor cerrador de toda la historia, Mariano Rivera.

La Serie del Campeonato 2003 de la Americana, tuvo el toque especial de que se enfrentaban Yanquis y Medias Rojas, la mayor rivalidad de las mayores, 7 juegos se ocuparon para definirla.

Octava entrada con 2 outs, Jorge Posada conectó doblete para empatar el encuentro ante Pedro Martínez, ese villano que se vio envuelto en varios pleitos durante la serie; Aaron Boone fue el encargado de definir todo en la entrada 13 ante el nudillero Tim Wakefield.

Ese triunfo aún lo recuerdo como el máximo triunfo yankee que me haya tocado presenciar.

En México, como olvidar el séptimo juego entre Águilas de Mexicali y Tomateros de Culiacán, en los playoffs 2015 y ahí sí que esa serie le disfruté en primera fila (hubiera preferido verla desde las gradas) más que nada por la tensión que genera un juego de esa magnitud.

El juego fue de toma y daca, primero los Águilas brincaron al frente, pero Óscar Robles lo empató y de ahí parecía que los guindas se enfilaban a la final tranquilamente, pero la ofensiva visitante no pensaba igual.

Poco a poco se fueron acercando, hasta que sucedió lo inevitable: cuadrangular de Dave Sappelt en la novena entrada con 2 outs, con 2 strikes y todo se empataba.

Por si algo le faltaba a la de por si dramática serie semifinal, pero en desenlace fue de festejo para los Tomateros, el triunfo guinda se dio con error del pitcher Francisco Rodríguez a batazo de Sergio Omar Gastélum, el cual permitió que Joey Meneses se desprendiera a la registradora.

El verlo en primera fila me permitió vivirlo al máximo, sufrirlo y gozarlo como nunca había gozado un triunfo de los Tomateros (como aficionado viví varios), pero este era diferente, después de 11 años, los Tomateros volvieron a una final y el después conseguirían su décimo campeonato en su rica historia.

Serie Mundial 2016: Cachorros vs Indios

Mucho he diferido en que es la más emotiva de la historia, sinceramente ha habido mejores Series Mundiales recientemente, pero si reconozco el toque especial que daba la “Maldición de la Cabra”, cuál de los dos equipos históricamente perdedores, iba a romper una larga racha de años sin títulos, al final de cuentas, se la llevó Chicago.

Juego emotivo, los Indios se vieron sorprendidos rápido y se vieron abajo apenas al primer bateador, después empataron, pero los visitantes se fueron al frente de nuevo 4-1.

Los indios poco a poco fueron regresando y jugándose la octava entrada, Cleveland timbró una y ante los pitcheos de Aroldis Chapman, Rajai Davis volvió loco a toda la ciudad y aficionados alrededor del mundo, conectando cuadrangular de 2 carreras, empatando el encuentro ante EL MISIL CUBANO.

Pero el destino no quería que los Cachorros esperaran un año más, mandó lluvia, enfrió a los Indios y como torbellino, Chicago reaccionó en la décima y pusieron punto final a la historia: Campeones de la Serie Mundial 2016.

Ahora sí, la cabra Murphy está descansando en paz y disfrutando del campeonato de los Cachorros.